En el año 2005, fui jefe de la oficina de planeación de la Dirección de Inteligencia Policial y la experiencia fue muy interesante. Primero, porque hice parte de un equipo que contaba con información de inteligencia anticipativa, es decir prospectiva e inteligencia estratégica, pero además, por que realmente se planeaba teniendo en cuenta los escenarios exploratorios, tanto en lo estratégico como en el día a día.
Cuando nos reuníamos con otras oficinas de planeación, veía como la mayoría de estas dependencias, justifican normalmente todo el andamiaje usado en su procedimiento de planeación, en cada vez más metodologías como Balanced Scorecard, Pest, entro otras, pero todas seguian mirando al pasado como fundamento de la planeación estratégica, no al futuro. Esta lógica también aplica a la gestión de proyectos. La verdad, entiendo este hecho basado en un elemento clave para el surgimiento de este libro: la anticipación estratégica no se ha masificado, y es una disciplina de propiedad exclusiva de los metodólogos especializados en esta área. Si volviéramos al ejemplo del viaje, la ausencia de conocimiento sobre el futuro, es básicamente como intentar conducir el vehículo, que en el caso de algunas empresas vale cincuenta millones de dolares, mirando por el espejo retrovisor, con el vidrio panorámico totalmente cubierto, y sin información sobre el clima, las carreteras, etc. Cuando le pregunto a mis estudiantes, de una manera muy directa, ¿En estas condiciones que pasaría?, la respuesta siempre es unánime: tendríamos un accidente. Julian Eduardo Meneses Oliveros Cofundador
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